En vía muerta

Una cortina negra ocultaba los árboles que antes veía correr a través de los cristales. Parecían querer escapar, como ella que, a pesar de la profunda oscuridad, seguía mirando por la ventana con la esperanza de volver a encontrarse con él reflejado. 

Sonrió recordándolo. Ella solo era una plumilla pretenciosa que cargaba con su leika y sus cuadernos en una cartera de piel viajando en trenes tambaleantes en busca de una historia que la convirtiera en escritora. 

Caminaba hacia el vagón cafetería cuando un sonido, como un disparo, la sacó de sus pensamientos. Miró a todos lados pero nadie atravesaba aquel largo pasillo en mitad de la noche, solo ella. Fue entonces cuando lo vio saliendo del compartimento 7 con el arma, aún humeante en la mano. Calculó que debía ser el coche cama 4. Él clavó su mirada en ella y le hizo un gesto de silencio con el dedo a la vez que levantaba su revólver. Olvidó su visita a la cafetería y volvió a su asiento debatiéndose entre bajar en la siguiente estación y callar, o avisar al revisor y que Dios, o el Diablo, se apiadara de ella.

Despertó al sentir el pestillo de la puerta cerrarse. Abrió los ojos y el cristal reflejó al sicario apuntándole con su arma. Se giró hacia él, si iba a morir, quería que sus pupilas retuvieran la imagen de su verdugo. 

Sus ojos miel, aquella nariz lo suficientemente larga para dar personalidad a un rostro en el que destacaba una sonrisa ancha con dientes casi perfectos; una sonrisa irónica que escondía una única misión, no dejar rastro. 

Fueron décimas de segundo. La electricidad en sus miradas la atravesó como una fría bala haciéndola estremecer. Se devoraron con prisas, dejando sus cuerpos moverse con el violento compás del tren. Dejaron que sus bocas marcarán las reglas de aquella partida que acababa de comenzar. El sudor los bañó hasta que no quedó aliento en sus gargantas. 

Despertó sola. Habría pensado que había sido un sueño si no hubiera tenido la cazadora de él cubriendo su cuerpo. La acercó a su nariz, aquel olor a cuero, eucalipto y tabaco trajo a su memoria todo lo que había ocurrido aquella madrugada. 

Más de veinte años después, seguía reteniendo aquel olor. Lo buscó en cada tren, año tras año, viaje tras viaje mientras su imagen se iba haciendo borrosa. El diablo estuvo de su parte aquella noche evitando su muerte pero el precio a pagar había sido demasiado alto. Pasó años esperándolo en cada tren pero jamás volvió. 

La vibración del móvil la obligó a retirar la mirada del libro que reposaba sobre la mesita.

—Dime, cariño -respondió ajustando el teléfono en su oreja-. El tren llega a las once pero no hace falta que vengas por mí. 

Escuchaba atenta a su interlocutor mientras asentía de forma mecánica. 

—No te preocupes, estoy bien. -Hizo una breve pausa para tomar aire- Ya sé que debí hacerlo antes, me habría ahorrado muchas noches en vela pero, al final, ¿cambia algo? Yo sigo estando sola y él sigue sin conocerte a pesar del premio y de mis cientos de viajes en tren.

Volvió su mirada hacia la ventana. Se le heló el habla y solo el sonido del teléfono al golpear el suelo rompió el silencio. Un angustiado «mamá, mamá» se escuchó a través del altavoz. 

Los mismos ojos miel y una sonrisa sincera la atravesaron como un puñal. El tiempo había oscurecido su piel y el desorden de su pelo había dejado paso a una cabeza afeitada para ocultar la incipiente calvicie. Pero era él y estaba allí sosteniendo el revólver en sus manos como aquella vez. 

—Tú…-un nudo en la garganta le impidió seguir. 

—Me has metido en un buen lío con esto -contestó levantando el libro- ahora saben que no te maté. 

—Bueno, es ficción, solo una pequeña parte es realidad -respondió esquivando su mirada, no quería enfrentarse a la siguiente pregunta. 

—Entonces, ¿quién es Andrés y por qué se lo has dedicado? -sabía qué tecla tocar. 

—No tienes ningún derecho a preguntarme, al final tú y yo solo fuimos dos trenes que se cruzaron en vía muerta -respondió ella resignada.

Bajó el arma. Amaba a aquella desconocida y no podía apretar el gatillo, nunca pudo. El tren anunció la próxima parada. Sólo faltaban dos para la suya pero él la agarró de la mano y la arrastró fuera del tren.

—¿Estás loco? -preguntó nerviosa- Andrés me espera.

—Andrés agradecerá que te haya salvado la vida -respondió viendo el tren alejarse- no era yo quién iba a apretar el gatillo, tu libro ha enfadado a mucha gente. 

Se dispararon con la mirada y sus bocas se buscaron con urgencia. Avanzaron por la vía con sus dedos entrelazados. Tras sus pasos, el viento revoloteó sobre las páginas del libro que había caído sobre la vía cerrándolo. 

55 Comentarios

  1. Una historia de amor, con mucho suspenso . Una exquisita mezcla te felicito. En verdad, estoy aprendiendo mucho en este tren, no es una vía muerta. Saludos desde Venezuela y Feliz Año Nuevo. Espero tu comentario y perspectiva sincera por mi blog.

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  2. Hola Beatriz. Me ha encantado esta mezcla de amor y suspense que nos traes. Daría para una buena película, de verdad.
    Te deseo mucha suerte en el concurso y una buena entrada de año.

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  3. Hola Beatriz, nos leemos de nuevo. Tu historia creo que va realmente por dos vías. Hay una historia ficticia que se lee en páginas de papel y otra real y las dos se cruzan. Es así como he entendido tu relato. Un abrazo y feliz año nuevo.

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  4. Hola Beatriz, te leo en este último día del año, espero que para el próximo en puertas, escribamos y nos leamos, al menos, tanto como el pasado.
    Un relato atractivo en primera persona. No sé que tiene la primera persona que hace las historias cercanas, por eso es una de mis voces preferidas, a pesar de la dificultad.
    Una historia de pasión y enredos con el tren como protagonista.
    Algunos incisos me parece que son cortos, y lo suyo es el guión largo si no me equivoco.
    Me ha gustado mucho la frase final que pone fin al relato, con el viento revoloteando sobre las páginas del libro, cerrándolo finalmente.
    Feliz año Beatriz. Un cariñoso abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, Tara. En lo del guión llevas razón, el problema es que lo he escrito en el móvil y no lo he editado en el ordenador, lo haré en breve. Feliz año nuevo, un abrazo.

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  5. Buen año, Beatriz. Felicitaciones por tu historia. Excelente manejo de intriga y suspenso. Y un condimento especial: Cupido, haciendo de las suyas, en las vueltas de la vida. Muchas suerte.

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  6. Amor, suspense, literatura… Un relato lleno de muchos ingredientes que, junto con una narración fluida y bien construida se lee con una facilidad casi hipnótica. Felicidades, has escrito un muy buen relato. Un saludo y ¡feliz año nuevo!

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  7. Entre comerse a besos y el asesino con el arma en la mano, me has tendido enganchada hasta el final. Si es que el tren, como la vida, dan para mucho. ¡Qué imaginación! Me ha encantado.

    ¡Felicidades y suerte en El tintero, Beatriz!

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  8. Hola Beatriz, al fin, ya puedo comentar en wordpress!
    Te decía que me ha parecido muy entretenido tu relato con esa historia de amor, me encanta. Me gusta también el detalle que el libro de la historia acaba en la vía cerrado, un digno final para él, ya que el mío acaba en la vía pero hecho pedazos.
    Te envío un fuerte abrazo y muchas felicidades para todo este 2020.

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  9. Una historia cargada de pasión y misterio con un ritmo trepidante y varios giros argumentales hasta resolverse en ese cíclico final. Suerte en el Concurso. Saludos cordiales, Beatriz.

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  10. Las vueltas que ha dado la vida para esta pareja de amantes que se han esperado durante años, hasta coincidir de nuevo y quien sabe si armar una historia de amor imposible. Buen ritmo y manejo del misterio. Mucha suerte en el Tintero, Beatriz.

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  11. Hola, Betraiz.
    Qué relato más visual, es muy cinematográfico. Te felicito, porque hay momentos donde la tensión de este amor entre desconocidos se palpa perfectamente. Hasta los sicarios tienen un talón de Aquiles, 😉
    Un fuerte abrazo.

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  12. Dos historias entrecruzándose a lo largo de un recorrido en tren con los ingredientes necesarios para atrapar al lector y demostrar tu capacidad como escritora, querida Bea. Te deseo mucha suerte en el concurso.
    Un abrazo.

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