Mariposas brillantes vuelan entre la gente
El ticteante reloj compone su melodía
Un alma sueña enloquecida
En una plaza repleta de esquinas.
Un alma se evade de lo real
Buscando prados donde saltar libre,
Cuervos monótonos vigilan impasibles,
Al presente cuerpo desalmado y triste.
Un gesto vale para bajar del ensueño,
Se acaba el tiempo de la liberación
El alma vuelve al cansado cuerpo
Con la piel tatuada con hastío, aún fresco.