Primero fueron las medias tostadas y los medios sandwiches. Después vinieron los medios kilos y las mitades del cuarto cuando ibas al mercado.
Más tarde te empeñaste en buscar tu media naranja y cuando por fin parecía que la habías encontrado, la aburriste con tu discurso de que ella era tu mitad…y tú la suya… hasta que un día, en mitad de la nada, te dijo que ahí te quedabas, que a ella no le hacía falta ninguna mitad sino un hombre entero.
Por último te empeñaste en ser voluntario de un mago de medio pelo que quería divertir al mediocre público de un festival en mitad del bosque. Todo el mundo reía mientras tú, metido en un cajón mugriento escuchabas el ras ras que hacía el mago al cortar. Nunca te habrías imaginado que media docena de grupies chillonas iban a provocar una estampida que chocaría contra el cajón del mago.
Quién te iba a decir que esta vez, de verdad, te ibas a quedar a medias.
Un Microrrelato original, hilvanado con ingenio y con un irónico final de humor negro.
Suerte en el concurso de «El Tintero»
Te invito a conocer mi blog: castroargul3.blogspot.com.es
Saludos cordiales, Beatriz.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario, Francisco. La foto invitaba a algo dramático o al humor negro, mejor lo segundo. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Ingenioso relato casi trabalenguas de mitades. Un final a medias. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Gracias, Beatriz, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!
Me gustaMe gusta
Hola Beatriz, consigues que uno sienta pena por el pobre, todo a medias y a mitades. Ella le da calabazas y un final que se queda a medias también para él. Me gustó leerlo. Ingenio y humor negro. Un abrazo Beatriz.
Me gustaMe gusta
Gracias por tu comentario, Mirra. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Hola Beatriz. Me encantó tu relato por lo ingenioso y por el trabajo de combinar la trama con las palabras, sin dejar el relato «a medias». Un placer leerlo. Mucha suerte en el concurso del tintero. Te mando, como siempre, un afectuoso saludo.
Ariel
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario Ariel, este relato me ha costado hilar, tener que dejar todo a medias es un trabajo arduo. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Un ingenioso relato, Beatriz. No dejas nada a medias, lo rematas magistralmente. Buen trabajo. Suerte en el concurso. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Carmen. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Un relato muy ingenioso, Bea. Me recuerda a cierta cancioncilla infantil que me enseñó mi madre de niña y en la que todas las palabras empleadas empezaban por «p». Me ha gustado tu originalidad 🙂
Un saludo y mucha suerte en el concurso.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Julia. Tiene un regusto a trabalenguas, llevas razón. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Muy original tu relato. escueto,contundente. Me ha gustado muchísimo
Me gustaMe gusta
Gracias, Beba. Hay historias a las que no hace falta alárgalas. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Buen y divertido micro, Beatriz. El pobre protagonista por fin supo, para su desgracia, lo que era ser la mitad.
Un saludo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario. El pobre aprendió “a golpes”. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Curioso y divertido micro.
Bueno, al final no sé por qué me entró un dolor en «mitad» del cuerpo…
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario, Sophie. Es verdad que se queda el cuerpo como “cortado” jejeje. Un saludo.
Me gustaMe gusta
Con tus ingeniosas mitades me has sacado una sonrisa entera Beatriz.
Un abrazo completo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario, Mirta. Un saludo.
Me gustaMe gusta
No soy Mirta despistada, soy Tara o Isabel, aunque por aquí aparezco como Tirma Tiatula y no sé la razón.
Me gustaMe gusta
Discúlpame, leí rápido y no me di cuenta. Un saludo, Tara.
Me gustaMe gusta
Me ha gustado. Lo pasé bien con su lectura. Saludos
Me gustaMe gusta
Gracias por tu comentario, Javier. Un saludo.
Me gustaMe gusta
De los relatos leídos el tuyo, Beatriz, es sin duda alguna el más divertido. Me ha gustado mucho y me lo he pasado muy bien leyéndolo. El juego que haces con el término «medio» y «medias» es genial. Me ha recordado mucho a Jardiel Poncela, un mago del lenguaje en clave de humor.
Seguro que en el Tintero verás tu escrito recompensado
Me gustaMe gusta
¡Gracias, Juan Carlos! No sé qué decir…parecerme un poquito a un grande como Poncela es, además de pura coincidencia, un honor. Un saludo
Me gustaMe gusta
Buen relato.
Suerte en EL TINTERO.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario.
Me gustaMe gusta
Muy bueno, me encanta cuando dices que ella necesitaba un hombre entero, y no una media mitad jejejej.
Genial, me arrancaste una sonrisa mientras lo iba leyendo.
Un abrazo Beatriz y suerte en el concurso El Tintero de O.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario, Puri. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Un relato con el humor necesario para no dejarnos a medias en nuestras expectativas.
Pocas palabras y bastante ingenio para colocarlas, y crear una historia original.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Muchas gracias, Francisco. Un saludo.
Me gustaMe gusta