Hoy he vuelto al amargo vicio del café, el primero que hiciste desaparecer de mi vida: «demasiada excitación para tus nervios» decías.
Luego vino el tabaco, demasiadas sustancias para mis pulmones; tras el, fue el alcohol, demasiado para mi hígado.
Después vino la risa, la alegría y la amistad: me hacían demasiado mal…
Por último me desintoxiqué de ti, eras demasiado perjudicial para mi vida.