Cada tarde estaba al borde del acantilado, sentado con un libro en sus manos y absorto entre letras y ocaso. Nunca dije nada, la magia no podía morir. Mi última tarde él ya no estaba pero una nota de su puño y letra me decía: “Te espero el próximo verano” #Unahistoriadeverano
(Relato presentado al concurso de @Exlibric, si os gusta podéis hacer RT aquí)