Miliciana de tus besos,
vigía en tus noches de insomnio,
recodo de tus oscuras esquinas,
la nada de tu todo.
Yedra trepadora por tus piernas,
enredadera de tu espalda hasta tu cuello,
mandrágora de tus ilusiones certeras.
Excusa de tus enredos de sábanas,
motivo de tus guerras de cama,
aroma que busques en almohadas,
sueño que no te deje dormir en la mañana.
Agua que resbale de tu boca,
vino que embriague tus entrañas,
ambrosía, tu diosa, su copa.
Pasión de tus desganas,
tortura de tus miedos,
el ancla de tu barca,
el mar de tus recuerdos.
Botella para tus mensajes,
hoja en blanco para tus te quiero,
pluma que escriba tu verso,
sábana blanca que ondea tu viento.
Locura para tu hastío,
estío de tus primaveras,
fuego que consuma tus inviernos,
otoño que languidece a tu vera.
Muerte a tus tristezas, tu pena.
Tu sonrisa, tu esperanza, tu tierra.