Limas

Limas relatos cortos microrrelatos

Se equivocó al pedirle a Felipe en su carta limas para la cárcel. No recordó que su hermano era corto de entendederas hasta que fue demasiado tarde.

Sigue entre rejas pero cada mañana recibe un canasto de verdes frutos y, una vez por semana, una botella de ron entre las faldas de alguna moza.

Sus mojitos tienen fama en la penitenciaria.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.