Por mar y tierra, unos días viajaba de norte a sur y otros, partía de oriente hasta ver ponerse el sol en occidente. Selvas, desiertos, cordilleras y ríos fueron sus compañeros de juegos durante 80 días y demasiadas noches. El día que partió, sin miedo, sereno, con la mochila cargada de sueños y decidido a dar la vuelta al mundo por aire con sus alas de ángel, la manoseada bola del mundo quedó girando desolada sobre la mesita de noche.
(Relato presentado al concurso "La vuelta al mundo en 80 palabras" organizado por Casa Tomada)