La tarde/noche se ha vuelto mi parte favorita del día, no lo voy a negar.
Últimamente las horas se me hacen eternas, los días me resultan demasiado largos y las mañanas parece que nunca terminan. Pero las tardes son diferentes, son el momento de mis placeres culpables, esos que me mantienen cuerda a pesar de todo.
Este año, entre unas cosas y otras, no tengo actividades extra que hacer cuando acabo de trabajar más allá de un poco de labores marujiles. Nada más (y nada menos).
Por eso, el momento del café con un libro y perderme sin prisa entre las letras han pasado a ser el pistoletazo de salida. Puede que pase el resto de la tarde sumergida en el libro o puede que no, que decida hacer otra cosa, pero ese café, que siempre acaba enfriándose porque leo más que bebo, sabe a gloria.
Y la música. Podría escribir un capítulo especial dedicado a las canciones que me acompañan. Saboreo vinilos que descubro en mercadillos y tiendas de segunda mano, disfruto con la magia de mover despacito el brazo del tocadiscos hasta que la aguja roza el primer surco y surge la magia.
La música acompaña mis días, a veces para animarme y, otras, acompañan mi tristeza, no voy a negarlo.
Pero, sin duda, la ducha se ha vuelto mi momento favorito del día. No tardo demasiado, hay que ser consecuente con un bien escaso como el agua, pero dejo que el líquido elemento arrastre, metafóricamente, todo lo que me aturrulla.
Abro el grifo y Spotify casi a la vez. Antes sonaba cualquier cosa, ahora me suelen acompañar Ella Fitzgerald, Nina Simone o Aretha Franklin. Grandes damas que comparten mi pequeño momento, mi particular mindfullnes.
Y vuelvo al inicio después de la cena, las letras vuelven a compartir conmigo los últimos momentos del día antes de caer en brazos de Morfeo.
No sé a vosotros, pero a mí las cosas sencillas están consiguiendo mantenerme a flote en un mar con demasiada marejada.
Muy bueno, coincido contigo: las cosas sencillas son las más importantes. P.D: Excelente gusto en música. ¡Saludos!
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Gracias por tu comentario, Ana. Un saludo
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Es así, Bea. Cuando a veces sale la conversación típica de qué harías si te tocara un Euromillón, siempre respondo que lo único que me daría ese premio es tiempo, el verdadero tesoro que nos ofrece el dinero. El día que has pintado es mi día ideal, y es que, en esta vida, solo debemos tener lo que podemos disfrutar, todo lo demás solo causa problemas. Un abrazo!
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Gracias por pasarte por aquí, David. Espero que ya estés 100% recuperado. Un abrazo
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