Nunca conocí a mi padre pero sí a la Tía Paquita, su hermana.
Me llamaba la atención que mis abuelos hubieran decidido poner a sus dos hijos el mismo nombre: Francisco y Francisca. Pero luego recordaba que yo me llamaba Leoniano por el santoral del día de mi nacimiento y se me pasaban las ganas de vivir en una familia menos extravagante.
La Tía Paquita siempre me contaba cosas de cuando papá era pequeño; decía que me parecía mucho a él. A menudo repetía que nadie había comprendido los sentimientos de papá, salvo mamá, que lo aceptó como era.
La Tía Paquita era poco femenina y no podíamos decir que fuera una mujer agraciada. Mamá decía que era por un exceso de testosterona en su sangre pero no supe qué era aquello hasta muchos años después. Tampoco entendía por qué dormía cada noche con mamá ni por qué ambas suspiraban de madrugada. Cuando le pregunté, mamá me explicó que era porque las dos echaban mucho de menos a papá y al acordarse de él, sollozaban.
El día que murió la Tía Paquita mamá lloró como nunca y se vistió de luto.
Ayer recogí las cosas de mamá después de su entierro. Entre sus ropas estaba el último retrato que nos hicimos con la Tía Paquita. Era el día de mi comunión. La letra de mamá rompía el espacio blanco de la parte de atrás:
Villanueva de los Montes, mayo de 1940. Paco, Leoniano y yo en la comunión del niño.
Hola Belén. He llegado hasta aquí gracias al Tintero de Oro y al concurso organizado por David Rubio.
Menuda sorpresa la de tu relato, que me ha parecido tremendamente original. Una especie de “Mi querida señorita”, la película protagonizada por José Luis López Vázquez, pero sin necesidad de que el interfecto se vea obligado a abandonar el hogar para no ser reconocido.
Suerte en el concurso.
Saludos.
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Muchas gracias por tu comentario, hace poco que me he puesto algo más en serio con la escritura y es muy reconfortante recibir comentarios y sugerencias.
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Buen relato. Me gustó. Un narrador y punto de vista interesante desde la,primera persona.
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Gracias por tu comentario.
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Hola Beatriz,
Vengo a partir de la iniciativa de David.
Mientras lo iba leyendo se ha ido formando la idea de lo que sucedía, hasta el final que todo se esclarece.
Me ha gustado, 🙂
Te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
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Gracias por tu comentario Irene! La idea era esa, dar pistas para que al final se comprendiera todo.
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Hola. También vengo a partir de la iniciativa de David. Me ha gustado mucho leerte. Tu relato es atrapante y conmovedor. Ha sido un placer visitar tu blog. Un fuerte abrazo
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Muchas gracias por tu visita, Vivian
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Un estupendo relato, Beatriz. Hasta el final no tenemos todas las pistas para componer el puzle y comprender del todo la historia. Qué dura la vida de algunas personas para acomodar su condición a los dictados de lo que la sociedad es capaz de admitir. ¡Muy bueno!
Un abrazo y nos vemos en el concurso del Tintero de Oro. ¡Muchas suerte!
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¡Muchas gracias por tu comentario, Julia! La verdad es que la sociedad juzga a los diferentes sólo por serlos, muy injusto.
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Gran relato, Beatriz. Hasta el final, hasta esa fotografía del día de la comunión de nuestro protagonista, no comprendemos el dramático secreto de la familia. Si aún hoy, en pleno siglo XXI, siguen existiendo personas con una forma de pensar medieval hacia ciertas formas de vivir, los años cuarenta del siglo pasado no serían nada fácil para personas como Francisco.
Mucha suerte en el concurso.
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Muchas gracias por tu comentario. La idea era mostrar las dificultades en una época de por sí difícil para casi todos.
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Me ha parecido un tema controvertido, no sólo en el pasado, sino hoy en día también y mucho más si las protagonistas hubieran sido dos mujeres, pues aunque muchos vayan de «modernos», luego si les toca vivirlo dentro de la familia, ya es otro cantar. Me alegra, Beatriz, que hayas puesto de relieve esta realidad sin tapujos.
El relato me parece original con algunas pinceladas de humor, que lo hacen más atractivo, hasta lograr descifrar su significado a través de ese retrato de la comunión y sus tres protagonistas.
Te deseo mucha suerte en el concurso.
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Muchas gracias por tu comentario Estrella. Es un tema difícil como bien dices pero debemos buscar las fórmulas para normalizarlo.
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Hola Beatriz, llego a tu relato a través de la iniciativa del generoso compañero David Rubio que ha hecho el milagro de juntar letras de unos y otros gracias al Tintero de Oro.
¡Ay Dios! Lo que tenían que sufrir aquellos hombres y mujeres que no les quedaba otra que esconder su condición sexual. Un par de pistas, como la de los suspiros nocturnos para ir entrando en el “tema”
Bien contado desde el punto de vista y desde la boca de un niño ingenuo que despierta su conciencia con una foto encontrada.
Suerte en el concurso compañera. Hasta pronto.
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Muchas gracias por tu comentario. Muchas personas han sufrido y sufren por sentir diferente.
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Hola Beatriz muy original relato, en el que has dejado pistas para que a mitad del relato empezaras a sospechar de ese Francisco y Francisca.
Me ha gustado como lo has enfocado con un punto de humor y respeto por las diferencias.
Saludos y suerte en el concurso
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Hola Beatriz. He disfrutado de tu relato por el tema que pones al descubierto, el cual hoy en día, afortunadamente, se va entendiendo de mejor modo, en la aceptación de las diferentes maneras en que se presenta la sexualidad de las personas. Me ha gustado mucho que lo hayas puesto en la voz de un niño. Un relato estupendo.
Te deseo la mejor de las suertes en el concurso. Un saludo.
Ariel
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Muchas gracias por tu comentario Ariel.
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Fantástico, Beita. Ya sabes que me gustó mucho.
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Muchas gracias Pilar.
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Gracias, Beatriz. Bienvenida al concurso EL TINTERO DE ORO y mucha suerte con este relato. Un abrazo
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¡Muchas gracias por la acogida!
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Hola Beatriz, como muchos de los compañeros vengo a través del Tintero de oro de David. El microrelato trata esa realidad sexual, que ya entonces (1940) ni me imagino lo que tuvo que ser. conociendo la nuestra hoy, 2017, que no sigue siendo tan desprendida. Bienvenida también a mi blog. Un abrazo
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Hola Emergencia, muchas gracias por tu comentario. Es una realidad dura y años atrás fue mucho peor. Un abrazo.
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Muy bueno tu relato, Beatriz. Esa vuelta de tuerca final retuerce y cambia el sentido de lo que, hasta entonces, ya me parecía un buen giro.
Me ha gustado mucho.
Mucha suerte en el concurso.
Un beso.
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Muchas gracias por tu comentario Rosa.
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Un relato fantástico, el giro final le da un sentido único.
Felicidades, es de los mejores que has publicado.
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¡¡¡¡Gracias!!!! Qué subidón leer eso. Me he propuesto aprender y mejorar la escritura, a ver si de aquí sale algo bueno.
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Genial, seguro que lo iremos viendo en tu blog
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¡Hola! llegado hasta aquí gracias al Tintero de Oro y al concurso organizado por David Rubio.
Empecé a leer ya con la idea de que había “gato encerrado”, y así ha sido, pero has sabido dejar que sea el lector quien,, con las pistas que ibas dando, llegara a saber qué sucedía realmente y de esa realidad tan “tabú” por entonces.
Me ha gustado. Suerte en el concurso.
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Muchísimas gracias Chelo!
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Hola, Beatriz. Estupendo relato el que nos has regalado con esa frase final que otorga el sentido exacto a cada una de las palabras anteriores. Me ha encantado.
Te felicito por todo ello y te deseo suerte en el concurso.
Un abrazo.
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Muchas gracias Patxi!
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Hola Beatriz, antes de nada te diré que me pareció muy bueno tu relato , con ese final que todo lo aclara.
Mira por donde tu relato y el mío tienen como tema de fondo el mismo, una casualidad y una realidad el tema que tratamos las dos.
Te felicito por como enfocaste la historia.
Besos
Puri
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¡Hola Beatriz! Un relato narrado de un modo muy original, con la frescura e inocencia de un niño. Llegando al final se desvela la trama. Me ha gustado mucho. Te deseo buena suerte. Un abrazo y nos vemos en El Tintero.
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Me sorprendiste!! Sencillo, breve y muy original. Me gusta que la historia la cuente un protagonista directo.
Intentaré pasar por aquí con mas tiempo.
Un saludo
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Muchas gracias por tu comentario David!
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Hola Beatriz.
Has conseguido un texto muy fresco y ágil.
Me ha encantado esa tía Paquita y su relación con la madre de la protagonista. Lo que me hace preguntarme más cosas sobre esos personajes.
Muy interesante, sí señor.
Mucha suerte en el tintero.
Un abrazo.
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Muchas gracias por tu comentario, es cierto que los personajes habrían dado juego para un relato más extenso.
¡Suerte para ti también!
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Qué bello texto Beatriz!!! Limpio, breve y con un precioso tono cotidiano entre el que se mezcla una perfecta carga de melancolía y muchas preguntas que, a la voz del este adulto trasformado en niño por los recuerdos, me dejó sonriendo pero también me hizo pensar en las cosas “curiosas” de la vida que no requiere explicaciones y en las formas que tenemos para acariciar su belleza desde los secretos.
Me encantó!!
Abrazo y suerte en el concurso!
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Muchas gracias por tu comentario Diana
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Una divertida historia donde nada es lo que parece. Inaudita sorpresa final.
Abrazos.
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Muchas gracias por tu comentario Francisco
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Hola Beatriz llego con la iniciativa de David a tu blog, me ha encantado tu relato, muy original donde casi al final terminé comprendiendo la verdad. Suerte
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Muchas gracias por tu comentario Xavier
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Hola, Beatriz. Un relato estupendo con un buen cierre. Suerte en el concurso. Abrazos.
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Muchas gracias por tu comentario María del Mar.
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Muchísimas felicidades por el TINTERO DE PLATA compañera.
Un abrazo Beatriz.
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Muchísimas gracias!!! Ha sido una sorpresa y, a la vez, una motivación extra para escribir.
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Hola Beatriz. Te envío mis más cálidas felicitaciones por el “Tintero de plata” que has obtenido en el concurso. Ha sido un placer leerte. Un afectuoso saludo.
Ariel
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Hola, Beatriz
Me ha sorprendido sobremanera el original desenlace de este micro. La verdad, las familias “atipicas” escandalizan en los ambientes rurales más que en las grandes urbes.
Me trajo “El tintero de Oro”. Y ha merecido la pena conocer tus letras. Nunca dejes de escribir.
Un abrazo
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Muchas gracias por tu comentario! Ayer me pasé por tu blog también y me encantó tu relato, te seguiré de cerca 😊
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Fantástico microrrelato, Beatriz, contado desde la sencillez con la que vive las cosas un niño. Empleas las palabras justas para hacernos entender la represión que les rodeaba y que aún hoy no anda tan lejos. Me has hecho verlo en blanco y negro. ¡Felicidades!
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Muchas gracias por tu comentario, Alma. Un saludo
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